“El Banco de Desarrollo de la Mujer” por Nora Castañeda

Nora Castañeda
“El Banco de Desarrollo de la Mujer: Instrumento para la construcción de una economía solidaria, desde las comunidades”. Por Nora Castañeda, presidenta de Banmujer, ex profesora de la UCV en la administración pública y el desarrollo económico. Ver el video. Escuchar aqui: Audio de Nora Castañeda. Read English translation.

[Ponencia en la Primera Conferencia Global de PROUT en Venezuela, “Construyendo una Economía Solidaria basada en la Ética y la Ecología”, 7 a 9 de Julio de 2011, Parque Central – Sala 1, Caracas]

Agradecimiento a los organizadores y las organizadoras de esta 1ª Conferencia Global de Prout. Igualmente agradecimiento a todas y todos aquellos que en estos momentos se disponen a establecer un diálogo de saberes con nosotras.

Efectivamente, una vez que se nos planteó la posibilidad de ser parte de este panel, ¨La economía solidaria en América Latina y el Caribe, lecciones y posibilidades de Brasil, Cuba y Venezuela¨, me pregunté cómo podría yo desde un colectivo compuesto por el Banco de Desarrollo de la Mujer hacer una presentación de una experiencia que fuera posible de alimentar a los asistentes y a las asistentas. En principio el título es instrumento para la construcción de una economía solidaria desde las comunidades pero después me di cuenta que algo había faltado, es instrumento para la construcción de una economía solidaria y feminista desde las comunidades. Porque yo soy feminista y revolucionaria y tenía que hacer ese planteamiento de esa manera, no podía ser de otra manera.

El Banco de Desarrollo de la Mujer fue creado el 8 de Marzo de 2001, es decir, es de este siglo. Comenzó con el siglo. Y sin embargo su creación viene desde antes porque los gérmenes de una nueva sociedad surgen en la vieja sociedad. De manera que por allá por 1995 tuvimos la oportunidad de asistir a la 4ª Conferencia sobre la Mujer, Igualdad, Desarrollo y Paz que se realizó en Beijing, China. En esa 4ª Conferencia sobre la Mujer, Igualdad, Desarrollo y Paz hubo un tema de discusión muy importante: la feminización de la pobreza. Es decir, la pobreza, producto del desarrollo del modelo neoliberal del capitalismo salvaje había dado un lugar a un crecimiento en particular de la pobreza en el seno de las mujeres.

Según las estadísticas manejadas por la Comisión Económica para América Latina, la CEPAL, el 70% de los pobres para ese momento, 1995, éramos mujeres. La pobreza tenía rostro de mujer y por tanto se crea esa categoría, “Feminización de la Pobreza” para dar cuenta de una realidad. Allí en Bejing se encontraron, y no por casualidad, aproximadamente unas 40 mil mujeres de todo el mundo, de diferentes religiones, de diferentes espiritualidades, diferentes condiciones de vida socioeconómica, 40 mil mujeres. Diez mil fueron o asistieron a la conferencia mundial, a la 4ª Conferencia y 30 mil al foro paralelo. Un foro paralelo que tenía lugar en tanto las mujeres de base, las sencillas, las humildes, aquellas que no accedían a sus gobiernos, eran convocadas para hacer allí una discusión en torno no sólo a la situación que vivíamos las mujeres en 1995; sino al cómo nosotras desde nuestra feminidad, desde nuestra posición de luchadoras sociales podíamos enfrentar este modelo capitalista que estaba destruyendo a la humanidad. Ese fue el planteamiento.

A partir de esto se llega a una conclusión, los derechos humanos de las mujeres deben ser derechos integrales. No se trata sólo de tener derechos sexuales y reproductivos; no se trata sólo de tener derecho a una vida libre de violencia. Se trataba además de derechos sociales, de derechos políticos pero también de derechos económicos. Y estos derechos económicos debían ser incorporados plenamente en un momento en que el modelo económico nos consideraba mano de obra barata, desorganizada y desorganizable. Es decir, las mujeres en unas condiciones tales en que podíamos ser utilizadas para que el modelo económico funcionara, estamos en 1995, pero sobre la base de que nuestro trabajo fuese cada vez más un trabajo menos digno, un trabajo no remunerado, un trabajo en el cual se nos condenara prácticamente a la esclavitud. Ese era el planteamiento que se hacía en Beijing en 1995.

¿Lo hacían los gobiernos? No necesariamente, podríamos decir incluso que la mayoría de los gobiernos no lo estaba haciendo porque la mayoría había asumido que habíamos llegado al fin de la historia, al fin de las ideologías. Y que como habíamos llegado a esta situación lo que había que hacer era poner en práctica el modelo económico neoliberal, no importaba lo que eso significara; nos decían la enfermedad es grave y como es grave hay que dar medicinas muy amargas pero es esa la única medicina posible. Ese era el planteamiento de los gobiernos, en su mayoría, no todos, estamos generalizando, pero el planteamiento en su mayoría.

Pero es que había 30 mil mujeres reunidas en el foro paralelo y en el foro paralelo la cosa era de otra naturaleza; allí sí, las mujeres organizadas en el mundo entero nos planteamos que no era ese modelo económico o socioeconómico que le servía a los seres humanos y que debíamos trabajar contra él o para generar otro. No se trataba sólo en luchar contra un modelo sino también por construir un nuevo modelo socioeconómico. De esa manera entonces se llega a la conclusión de que los derechos humanos de las mujeres son derechos integrales y que si no hay derechos económicos no habrá derechos humanos de las mujeres. Y no los habrá porque no es posible el desarrollo de los otros derechos humanos si la base socioeconómica de la sociedad está en contra de los seres humanos. Si se ha impuesto un criterio según el cual la economía está en contra de los seres humanos, si se ha impuesto un criterio según el cual la economía no está al servicio de los seres humanos, sino que los seres humanos estamos al servicio de la economía y de una economía que satisface los intereses de una minoría.

Allí se acordó, en Beijing, en el foro, no en la conferencia sino en el foro paralelo, se acordó trabajar entonces por una nueva economía en que las mujeres pudiéramos lograr ser más felices en la seguridad de que si algún día las mujeres éramos más felices, todos los seres humanos iban a ser también más felices. Se trataba de construir entonces el mundo de la felicidad, ese otro mundo posible del que nos habla el Foro Social Mundial. Un otro mundo posible pero también necesario.

Regresadas a Venezuela las personas que asistimos a la Conferencia y al foro nos planteamos que era necesario en Banco de Desarrollo de la Mujer. Solicitamos al gobierno de turno que creara el Banco de Desarrollo de la Mujer. No fue posible. Pero a finales de diciembre de 1998 y en febrero de 1999 el gobierno bolivariano entró a trabajar en este país, le planteamos la misma situación al Presidente de la República y él acordó el 8 de Marzo de 2001 crear el Banco de Desarrollo de la Mujer. Como ustedes ven fue una solicitud de las mujeres que el presidente de la República aceptó, pero no sólo aceptó sino que desde un primer momento se convirtió en un importante elemento para el desarrollo de esa actividad.

De inmediato trabajamos lo que sería la visión, la misión y el objetivo general del BANMUJER, Banco de Desarrollo de la Mujer. Y en cuanto a la visión decidimos lo siguiente, somos, estamos soñando en el futuro, en el año 2050, en 3000, yo no sé cuándo, pero somos un medio para la construcción y consolidación de la economía socialista, popular, solidaria y ambientalmente sustentable, con igualdad y equidad de género donde las mujeres son parte esencial de la vida socioeconómica del país en una sociedad justa y amante de la paz. Y en que la constitución de la República Bolivariana de Venezuela aprobada en 1999 establecía nuestra orientación, construir una sociedad justa y amante de la paz.

De inmediato nos propusimos una misión, si vamos a conquistar este sueño, tenemos que realizar una serie de actividades, una serie de estrategias, unas políticas que nos permitan conquistar el sueño. Y entonces la misión: Somos una institución micro financiera pública que facilita a las mujeres en condiciones de pobreza la organización solidaria en sus comunidades para el trabajo socioproductivo dando acceso a los servicios no financieros y al microcrédito de manera oportuna y corresponsable en una sociedad que incorpora a la mujer al desarrollo y a sus beneficios, orientados estos últimos aspectos por el buen vivir.

El buen vivir para nosotros implica bajo una perfecta armonía entre los seres vivos en el entendido que los seres humanos somos parte de los seres vivos, pero no somos todo lo seres vivos; y una armonía con el cosmos. Y allí nuevamente la espiritualidad, es decir, se trataba de una perfecta armonía entre los seres vivos, los seres vivos incluyen a la Pachamama, la Madre Tierra y por lo demás trata de que esto se desarrolle también con una perfecta armonía con el cosmos.

Y el objetivo general: Proporcionar servicios no financieros y financieros fundamentalmente a las mujeres en situación de exclusión y discriminación organizadas en colectivos solidarios a fin de promover su participación protagónica, soberana e igualitaria en la construcción de una economía socialista. Se trata entonces de construir el socialismo desde lo pequeño, desde las comunidades de base con las comunidades de base pero con perspectiva de género, etnia y clase. Todas las mujeres presentes en la posibilidad de construir una nueva patria, la patria socialista.

Muchas gracias.

Preguntas y respuestas: leer la transcripción, o escuchar el audio.